REGOCÍJATE PRÍNCIPE, HEMOS LLEGADO A LA TIERRA DE EGIPTO


Observar el Nilo desde el avión cuando vas a aterrizar en Asuán es una imagen irrepetible. Puedo captar cómo el río serpentea por el desierto, cómo genera en sus orillas el verde de la flora que baña, cómo envuelve con sus torrentes y remolinos sus canales…  y a continuación el desierto, la nada, la vida y la muerte, la historia.

‘Regocíjate príncipe, hemos llegado a la tierra de Egipto’. Así empieza el Cuento del Náufrago del Antiguo Egipto, una de las primeras historias de náufragos de la literatura. Este relato egipcio y el Libro de los Muertos, me llevan a prestar mayor atención a la cultura y las tradiciones de esta etapa de la historia, para conocer la vida y la muerte del Antiguo Egipto.

Mi tour por el país comienza en Asuán. Aterrizo en esta ciudad y nada más bajar del avión, siento en la cara el calor intenso del desierto. Nos trasladan en autobús al que será mi medio de transporte durante los tres primeros días de viaje, el barco ‘La Sarah’. Ese será el nombre de mi nave.

No hay mucho tiempo para más esa noche, cena rápida con ensaladas y carne de cordero. A continuación, a descansar al camarote.

DÍA 1
Debido al calor que estos días de agosto nos precederán, ponemos rumbo hacia Abu Simbel a las dos de la mañana. Necesitamos tres horas en autobús para llegar y presenciar el amanecer junto al Templo. Cruzamos la ciudad de Asuán. Las calles están repletas de gente a esas horas. Se encuentran de fiesta esos días, celebran el Eid el Kebir (fiesta del sacrificio del cordero).

Tras cruzar la dinámica y bulliciosa ciudad, el paisaje cambia radicalmente. Nos esperan carreteras que no parecen tener fin rodeadas de desierto. El camino se hace largo y cansado por lo que intento dormir todo lo que puedo. Puntos de control policial. Durante el trayecto nos harán parar varias veces como controles rutinarios.

Templo Abu Simbel de Ramsés II
Por fin llegamos. Con cara de sueño y algo entumidos, bajamos del autobús y nos lanzamos para admirar el bello Templo de Ramsés II y el Templo de la Reina Nefertari. Amanece en ese momento. 

El sol empieza a ascender, nos da la bienvenida. Comienza el nuevo día. Para los egipcios el sol representaba el nacimiento, el calor, la luz… 

No puedo empezar mejor este viaje. Ahora me encuentro justo enfrente del Templo de Abu Simbel enmarcado por cuatro enormes colosos sentados en posición religiosa de Ramsés II. Es enorme y a la vez tan bello que me quedo hipnotizado durante unos minutos observando esa imagen. Qué decir del interior, enormes columnas que envuelven los numerosos relieves de algunas victorias en el campo de batalla de Ramsés II.

Ramsés II y Nefertari
A la derecha de éste se encuentra el bello Templo de Nefertari homenajeando a su querida reina. Es algo más pequeño que el anterior pero similar en el interior. 

Cuántas sensaciones en tan poco tiempo. Fotos de rigor y a continuación me alejo de los dos templos para observar la maravilla que tengo delante mía. Además, el sol a mi espalda sigue dándonos los buenos días para iluminar el recinto.

Volvemos al Nilo. Ahora nos dirigimos al Templo de Philae. El autobús hace el recorrido de vuelta hasta un pequeño puerto donde nos trasladaremos en barca hasta la isla donde se encuentra el Templo. Vendedores de todo tipo nos esperan a la bajada del autobús. Esto será así durante todo el tour, lo más agobiante del viaje. Nos venden agua, ropa, figuritas de madera, guías turísticas… de todo con demasiada insistencia. 

Nos montamos por fin en la barca y recorremos un pequeño tramo del río observando a nuestro alrededor pequeñas islas. Y a lo lejos se divisa el bonito Templo de Philae. Los egipcios lo conocen como la Perla del Nilo por su belleza y por sus historias mitológicas.
Son las diez de la mañana y hace un calor sofocante. 

Templo de Philae
Es imprescindible llevar algún sombrero para la cabeza y agua, mucha agua. Antes de despedirme de Philae, salgo fuera del reciento para observarlo en su totalidad. Memorizo una imagen que es de una belleza enorme: el templo en una isla que solamente se accede por barca, las palmeras rodeándolo, el Nilo envolviendo y apaciguando con sus aguas la isla y los gatos que mansamente se acercan para que les demos algo de comer.

Creo que estoy en una nube. Parece que estoy flotando de tanta belleza que he visto hasta ahora. Pero el día no se acaba aquí, hay más aventuras. 
Regresamos en el autobús y volvemos a coger otra barca desde el puerto de Asuán para conocer de primera mano uno de los poblados más antiguos de Egipto y que aún sobrevive, el Pueblo Nubio, pero antes de eso nos bañaremos en el Nilo. 

Paseo en camello por el Nilo
Niña nubia enseñando una cría de cocodrilo
Llegamos a la orilla. El agua es clara y vendrá bien un baño para refrescarnos. Impresiona nada más entrar. Todos tenemos en la mente los famosos cocodrilos que habitan en el Nilo. Pero tenemos suerte, en esa zona no habita ninguno, eso creemos. 

Seguidamente accedemos al poblado Nubio en camello. Nos desplazamos todos en fila, uno detrás de otro, justo por el borde de unas dunas. Qué belleza de imagen, justo a mi derecha tengo el desierto y a mi izquierda en gran Nilo. Bonita y nueva experiencia de transporte. Una vez allí la gente del poblado se comporta amablemente con nosotros, nos ofrecen diferentes bebidas típicas tales como el té y sus comidas tradicionales como el pan, queso, salsas…

Templo de Kom-Ombo
Vuelta al barco. Y para finalizar el día, nos acercamos a pie para ver de noche el Templo iluminado de Kom-Ombo donde son famosos sus relieves sobre el arte de la medicina. Observamos herramientas quirúrgicas parecidas a las de hoy en día. Justo al lado se encuentra el Museo del Cocodrilo donde nos encontramos con numerosos de estos animales momificados.

Creo que el cuerpo ya no da más de sí. Paseo relajado con los compañeros hasta el barco y avasallamiento de nuevo por parte de los vendedores. Esto será ya un clásico en todas las paradas que hagamos.

Museo del cocodrilo
DÍA 2
A la mañana siguiente nos acercamos en calesas tiradas por mulas hasta el Templo de Edfu, templo más completo de Asuán. 

Las calesas son el medio de vida de muchas personas de Asuán. Las mulas que tiran estos carros están muy delgadas. Son constantes las idas y venidas hasta el templo. Éste está dedicado al dios halcón Horus y es el que mejor conservado se encuentra. 

Nada más acceder a él, observamos la majestuosidad de la entrada. Le precede un enorme patio rodeado de grandes columnas. 
Calesas tiradas por mulas


Y por supuesto justo en la entrada, obligatoria foto con la estatua del dios Horus.

Son las ocho de la mañana y volvemos al barco. Navegaremos de nuevo por el Nilo hasta llegar a la ciudad de Luxor. Nos queda todo el día para conocer los Templos de Luxor, Karnak, el Valle de los Reyes y el templo funerario de Hatshepsut. Menudo día nos espera.

Atracamos en Luxor. A unos cientos de metros se encuentra el Templo de Luxor, obra realizada por dos grandes faraones: Amenhotep y Ramsés II. 


Templo de Edfu
Al entrar en el recinto la imagen de la entrada impacta. Veo cuatro estatuas colosales de Ramsés II erguidas en posición militar (con la pierna izquierda adelantada y los brazos pegados al cuerpo con los puños cerrados) y dos más en el centro en posición religiosa (sentados y con los brazos relajados en sus piernas). Impone esa imagen. 

Además, delante de ellas custodiando la entrada se levanta un enorme obelisco. 

Antiguamente había dos, pero el segundo se encuentra en París. Sinceramente pensaba que lo anteriormente visto en días anteriores era lo más bello, lo más grandioso, lo más inédito. Pero al ver esto creo que el viaje va de más a mucho más.
Templo de Luxor

Entro en el templo que se caracteriza por estar abierto a que el sol impregne de luz todo el recinto. Es precioso. Me desplazo haciendo fotos por todos lados. Las columnas son enormes. 

Mi mirada no hace otra cosa que mirar al cielo. Salgo del patio abierto y voy rápidamente a ver la avenida de las esfinges, representadas por un león acostado con cabeza humana. 

Es la gran avenida que da paso a la entrada del templo. Es momento de 
Avenida de las Esfinges
despedirse, pero antes observo durante unos minutos la bella imagen del templo con el sol encaramado hacia el este iluminando a los colosos y al obelisco. Bonita despedida.

Volvemos al autobús y nos disponemos a visitar el Templo de Karnak, conjunto de templos más grande de Egipto. 

Así es, nos da la bienvenida una avenida de esfinges con cabeza de carnero. Le siguen infinitas columnas y enormes espacios por donde pasear. 


Templo de Karnak
Esfinge con cabeza de carnero










Es el templo más grande que he visto. 

Es imposible recorrerlo en su totalidad. Sigue haciendo muchísimo calor. 

Empapo mi gorra con agua para sofocar algo más el calor y nos despedimos.




Valle de los Reyes
DÍA 3
Al viajar a Egipto uno de los lugares que me llamaba más la atención y que quería conocer, era el Valle de los Reyes. Quería investigar las entrañas de esas montañas donde se encontraban enterrados los faraones del Antiguo Egipto. 

El valle es una zona inhóspita, es puro desierto, está alejada de la ciudad. Los antiguos egipcios decidieron enterrar en esa zona a los grandes faraones para que sus tumbas no la encontraran los saqueadores de tumbas. Visitamos tres tumbas: Ramsés IV, Merenptah y Ramsés IX. La primera es sensacional. La entrada es un pasillo largo donde las paredes laterales y el techo se encuentran adornadas de bellísimos y coloridos jeroglíficos. 

Sarcófago de Ramsés IV
Colores de todo tipo: amarillos, naranjas, azules, marrones… Al finalizar el pasillo se encuentra la cámara del rey donde se encuentra el enorme sarcófago. 

Qué se puede decir ante esta belleza. Antes de visitar Egipto me he documentado, he leído guías y revistas, he visto documentales, pero al verlo con mis propios ojos me da la sensación que he regresado al pasado para conocer la vida y la muerte del Antiguo Egipto.
Pinturas y jeroglíficos

Dentro de las tumbas el calor es asfixiante, hace mucha humedad. Mi móvil me indica que está a una temperatura no apta para su uso. Todo el cuerpo se empapa de sudor por lo que es recomendable salir y visitar las restantes.

Visitamos dos tumbas más, aunque algo a disgusto por el calor intenso que ha empapado nuestro cuerpo. 

Terminamos la visita y para finalizar el día, nos acercamos al Templo funerario de Al-Deir Al-Bahari (templo funerario de Hatshepsut). Tiene tres terrazas escalonadas conformadas por columnas de gran tamaño. Hasta allí nos acercamos andando. Una locura. Nuestro cuerpo no aguanta más calor. Buscamos rápidamente las pocas sombras que hay. 

Templo funerario de Hatshepsut
Dos personas del grupo con el que voy se marean por el intenso calor. Mi móvil me vuelve a comunicar urgentemente que baje la temperatura porque se bloqueará y no lo podré utilizar. 

Precioso el templo con vistas al desierto, si hubiera un mar en frente sería idílico. Pero no, estamos en el desierto. Terminamos la visita, nos refrescamos y cogemos el autobús de nuevo.

Aquí se acaba el itinerario de los tres días por el crucero. Por la tarde cogeremos un vuelo hacia El Cairo. Estoy impaciente por llegar ya que al día siguiente visitaremos la Gran Pirámide de Guiza.


DÍA 4
Son las 7 de la mañana. Hace ya dos horas que ha amanecido en El Cairo. Me dispongo a visitar junto a mis compañeros del tour las Pirámides de Guiza: Keops, Kefrén y Micerinos, junto a la enorme y bella Esfinge. Son ya varios días los que llevo soñando con esta visita. 


Pirámide de Keops
Es el momento de conocer en primera persona las bellezas megalíticas de Guiza.
Nos encontramos hospedados en el Hotel Oasis. Son 13 minutos los que me separan de las pirámides. Me subo al autobús. 

En un primer momento no avisto las grandes pirámides, hay edificios y una arboleda que no me dejan verlas. Iniciamos el recorrido por la Avenida Alexandria Desert Rd. Han pasado cinco minutos y ahora sí, aparecen de la nada.

La primera que se ve a lo lejos es la Gran Pirámide de Keops, la más antigua y la más grande. Voy pegado literalmente a la ventana del autobús. No dejo de observar la enorme y bella construcción. Han pasado 10 minutos y ahora el autobús hace un cambio de sentido en dirección a la Avenida Al Mansoureya Rd. Minutos después y por la última Avenida Al Haram, nos topamos con el recinto de Guiza.

Pirámide de Kefrén a espaldas de la Esfinge de Guiza

Bajo del autobús, hace ya un calor considerable. Me desplazo con rapidez para tener una vista global y general del lugar. Ahora mismo estoy justo enfrente de la Gran Pirámide de Keops. Es enorme, es bella, impresiona al tenerla tan cerca.

Me quedo unos segundos observándola. A mi alrededor hay mucha gente que va y viene para descubrir estas maravillas. Reinicio la marcha y unos pasos más hacia el este, me encuentro la segunda belleza de Guiza: la Pirámide de Kefrén, hijo de Keops. 

Es algo más pequeña pero enorme a la vez. Disfruto del entorno yendo y viniendo, haciéndome decenas de fotos para inmortalizar ese momento.


Interior de la Pirámide de Keops
Pero aún queda lo mejor y para mí lo más emocionante. Voy a descubrir las entrañas de la Gran Pirámide de Keops. Estoy preparado para hacer un viaje de regreso al pasado. La fecha aproximada de la terminación de la pirámide es alrededor de 2.570 antes de Cristo. 

El interior de la pirámide se compone de tres cámaras principales: cámara del rey, cámara de la reina y la cámara subterránea. Yo iré directamente a ver el sarcófago del faraón Keops. 

Me encuentro en la entrada, situada en el lado norte. La adrenalina se me dispara. Cuento hasta tres y allá voy. Tras unos metros de inicio desplazándome en posición erguida, llego hasta el corredor ascendente. Esta galería presenta una longitud aproximadamente de 50 metros. Pero no es solo eso, sino que el habitáculo es muy estrecho. Debo acoplarme al espacio posicionándome de cuclillas. Los latidos del corazón aumentan por momento. Miro hacia el fondo de la galería y no veo el final. 


Interior Pirámide de Keops
La luz es tenue, me voy cruzando con mucha gente que hace el recorrido inverso al mío. Hay que detenerse para que uno de los dos, pase primero ya que la anchura es muy reducida y hay que dejar paso. Comienzo a sudar más y más. El interior de la pirámide es como una sauna. Mis gotas impactan contra el suelo. En la mitad del camino me surge otro problema, la pequeña mochila que llevo acoplada en la espalda comienza a rozar en el techo por lo que no me deja desplazarme correctamente. 

Me la quito y sigo subiendo por la galería ascendente mirando únicamente a los escalones que tengo debajo de mis pies. Ya quedan solamente unos metros para llegar a la siguiente galería. Por fin se acaba el primer tramo. Ahora ya puedo erguir mi cuerpo totalmente. He llegado a la Gran Galería que dará paso a la Cámara del Rey. Este espacio es diferente. En altura puede tener unos 8 metros. Su longitud es de unos 47 metros de largo y continúa ascendiendo. Mis latidos bajan de una forma radical, aunque estoy empapado de sudor debido al calor del interior.


Tumba del Faraón Keops
Ya se ve el final. Termina la Gran Galería y justo antes de entrar en la Cámara del Rey me encuentro la Antecámara, espacio muy reducido como la primera galería que da paso al sarcófago de Keops.

Por fin llegué. Me encuentro ahora en el habitáculo del Faraón. Espacio reducido y al fondo el sarcófago de granito. No me lo puedo creer, he regresado al pasado. 


Estoy en el interior del recinto funerario del faraón. Cuántas sensaciones.



Me detengo por unos minutos para memorizar todo el recorrido hasta llegar aquí. Estoy muy emocionado. Tras unas cuantas fotos, es hora de despedirse de la pirámide. Ahora en dirección opuesta. Desciendo. Recorro de nuevo las diferentes galerías. Mi corazón ya no se altera, el camino ya lo conoce. Llego a la puerta por la que entré y el sol impacta en mis ojos recordándome que he regresado al presente. Hace un calor agobiante. Ya solamente me queda por ver a imponente Esfinge de Guiza. Allá voy.


La Gran Esfinge de Guiza
La temperatura sigue subiendo. El calor de El Cairo es húmedo por lo que la sensación térmica es mayor.

La Gran Esfinge tiene una altura de unos 100 metros. Se dice que la cabeza puede representar al Faraón Kefrén teniendo el cuerpo forma de león. Desde la parte frontal en la que me encuentro ahora, se puede observar justo detrás de ella la pirámide de Kefrén que parece estar custodiando a la esfinge. Mi primera sensación al verla de frente es que me hipnotiza con su mirada. 

Esfinge de Guiza
Me quedo absorto durante unos minutos frente a frente sin poder desviar la mirada. 

Parece que el pasado y el presente se unen en esos momentos. Tras esa pausa me desplazo y me coloco en su lateral derecho desde donde se puede apreciar la pirámide de Keops. 

Parece mentira que esté casi pegada a su cara. Preciosas imágenes. Fotos de rigor y a seguir la aventura.


Pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos

Volvemos al autobús con aire acondicionado. Genial. Ahora nos disponemos a viajar a dos ciudades antiguas cerca de El Cairo: Memfis y Sakaara. Memfis fue la capital del Imperio Antiguo de Egipto. 

En esta zona también abundan estatuas y colosos de Ramsés II junto a la preciosa Esfinge de Alabastro. 

Es aquí donde aprovecho para comprar regateando claro está, los famosos vasos canopes donde se depositaban las vísceras de los difuntos lavadas y embalsamadas.

Coloso de Ramsés II
Nuestra visita es rápida ya que es la hora de comer y todos estamos hambrientos. Nos trasladan a un restaurante típico egipcio al aire libre en el que estamos rodeados de palmeras llenas de dátiles. Nos reciben unos músicos bailando típicas danzas egipcias. 

En una mesa larga donde nos ubican, comienzan a traernos carne asada (pollo y cordero), pan de pita, arroz, kufta, shawarma… toda una delicia real. Acompañada por la cerveza Stella, aunque en la mayoría de sitios no es posible encontrarla ya que los musulmanes no beben alcohol.

Tras la comida y como último destino del día, nos acercamos a visitar en el autobús la Pirámide escalonada de Zoseer en Sakaara. 

Es la primera pirámide que ha permanecido hasta la actualidad. En pleno desierto se encuentra esta pirámide. 


Pirámide escalonada de Zoseer en Sakaara
Vista preciosa ya que a lo lejos se divisan otras pirámides, parecen puntitos en la arena. 

Por hoy es suficiente. 

Marchamos para el hotel acompañados siempre por las Pirámides de Guiza que se divisan desde muchos lugares. 
Pirámide de Zoseer


Un chapuzón en la piscina del hotel y charla relajada con los compañeros del tour hasta la cena.

Me quedan dos días para terminar este tour, pero aún muchas cosas por ver.


DÍA 5
A la mañana siguiente comenzamos temprano visitando la Ciudadela de Saladino en la que se encuentra la mezquita más famosa de la ciudad, la Mezquita de Alabastro. Preciosa construcción. 


Patio de la Mezquita de Alabstro
Entramos en ella descalzándonos primeramente. 

Luego en el interior nos sentamos todos colocados en círculo sobre alfombras que cubren toda la mezquita. 


Mezquita de Alabastro de El Cairo



Espacio muy amplio y lámparas enormes que descienden desde el techo. 

Allí el guía nos informa sobre la historia del recinto. 

Visita relajada antes de acceder al famoso Bazar Jan el-Jalili para realizar las obligadas compras. 

Nada más llegar a la plaza donde se encuentra el gran bazar, nos encontramos con numerosos policías y militares custodiando el recinto. 

Es hora de regatear en el mercado. Comienzo a callejear y me pierdo por las decenas de calles. 



Compraré algunos regalos, pero después de regatear estoicamente con varios comerciantes mi cabeza ya no da para más, ellos siempre ganan. 


Bazar Jan el-Jalili
En el bazar se puede encontrar de todo, desde telas, trajes, vasijas, papiros, alfombras, reproducciones de camellos, pirámides, escarabajos… de todo. 

E incluso en el interior de algunas calles nos encontramos varios cafés. 

Destaca uno por ser el más antiguo de El Cairo, Café Al Fishawy.

Por fin salimos del bazar y nos dirigimos a otro punto obligado de la ciudad, el Museo Egipcio de El Cairo. 


Museo Egipcio de El Cairo
Impresiona el edificio en su interior. Cientos de esculturas, sarcófagos, estatuas, momias… en unas horas es imposible ver todo. 

Nuestro guía nos explica los datos más característicos de las diferentes salas. 

Y para finalizar, nos acompaña para que podamos apreciar tranquilamente la Sala de Tutankamón. 


Interior Museo Egipcio de El Cairo
Qué belleza, cuántos objetos y tesoros: la silla bañada en oro donde se sentaba, los vasos canopes esculpidos en alabastro, diademas de oro, espadas de bronce, varios sarcófagos… 

pero lo que más me impresiona es la máscara elaborada en oro y piedras preciosas. 


Máscara funeraria de Tutankamón
Su mirada es penetrante por sus ojos tan abiertos pero sus facciones parecen tristes. 

Es la imagen que se me queda grabada, esa mirada penetrante de un joven faraón que murió cuando tenía unos 19 años.

Volvemos al hotel para descansar. Cuántas emociones y sensaciones hemos vivido hoy de nuevo. Chapuzón en la piscina y antes de cenar tomo notas en mi diario.

Parece mentira, pero me queda solamente un día para finalizar el tour por Egipto. Me da la sensación que llevo un mes por estas tierras después de las innumerables actividades y visitas que hemos realizado. 


Féretros de Tutankamón
DÍA 6
Éste último día quiero aprovechar para conocer la ciudad que fue un día capital de Egipto fundada por el gran Alejandro Magno, Alejandría.

A las seis de la mañana estamos en pie. Nos esperan tres horas de autobús hasta llegar a la ciudad costera. Hay un silencio comedido en el autobús. Se nota que es el último día. 

Yo apoyo la cabeza en la ventana y al mismo tiempo que voy observando el paisaje voy recordando todo lo acontecido desde el primer día. 


Catacumbas de Kom al-Shoqafa, Alejandría
Y pensando y pensando, llegamos a Alejandría. Lo primero que vamos a ver son las catacumbas de Kom al-Shoqafa uno de los mayores lugares de enterramiento romano. 

Hay una bajada de tres pisos andando donde se pueden observar numerosos nichos de enterramiento. 

Salimos del subsuelo y nos dirigimos ahora al parque arqueológico de la ciudad donde se encuentra la Columna de Pompeyo y dos esfinges con el rostro de Cleopatra. 

Damos un paseo por el recinto y nos dirigimos a la Ciudadela Qaitbay, situada en la entrada del puerto donde se erigía el famoso faro de Alejandría. 


Columna de Pompeyo y Esfinge de Cleopatra

Entramos y visitamos las innumerables estancias. 

Hay muchísima gente que ha venido como nosotros a ver la fortaleza. 

Desde la parte superior de la ciudadela se puede ver el mar, los barcos pesqueros atracados en el puerto, niños bañándose en las aguas templadas del mediterráneo. 

La brisa del mar que impacta en mi cara, el olor a salitre, el movimiento de las olas… Es un lugar que relaja mucho.

Y, por último antes de regresar a El Cairo, entraremos en la nueva Biblioteca de Alejandría. 

Fue construida en 1987 para recuperar un enclave mítico de la Antigüedad. 

Biblioteca de Alejandría
Fortaleza Ciudadela Qaitbay

El interior es enorme, no parece una biblioteca convencional, se asemeja más a un palacio de congresos con numerosas salas a su alrededor.

Es la última visita antes de comer. Y tras el almuerzo volvemos al autobús regresando a nuestro hotel en El Cairo. Ducha, cena y a la cama. Al día siguiente tenemos que madrugar ya que nuestro vuelo hacia España sale a las seis de la mañana.

Esguince de Guiza y Pirámide de Keops
Por fin ‘llegué a la tierra de Egipto’. Siempre fue uno de mis sueños visitar este país. 

En el año 2008 preparé mi viaje, pero meses después comenzó las primeras revueltas que acabaron en la Revolución egipcia en el año 2011. 

Siguieron unos años de incertidumbre política y para el turismo también. Mi sueño en aquel entonces se marchitó. He viajado por todo el mundo, pero siempre he tenido en la mente el poder pisar la tierra de los faraones.
Pirámide de Kefrén








Ha sido este año 2019 en agosto cuando he cumplido mi sueño. Egipto tiene algo especial. 

Retrocedes en el tiempo realmente. 


Pirámide de Keops, Kefrén y Micerinos
He visitado templos preciosos y grandiosos, me he empapado de la historia en varios museos, he montado en camello y he compartido momentos con uno de los poblados más antiguos: el pueblo nubio, me he bañado en el gran Río Nilo, he surcado el río en sus antiguas embarcaciones: las falucas, he visitado el Valle de los Reyes accediendo a varias tumbas reales. 

Pero lo que más me ha impresionado ha sido ver la Gran Pirámide de Guiza, poder entrar en sus entrañas para ver el sarcófago de Keops. 

Y, por último, estar frente a frente con la Esfinge de Guiza. 

Ha sido un regreso al pasado durante seis días.

Volveré, seguro.

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