Navidades para siempre

Quedan dos horas para que el autobús Madrid-Badajoz aparezca de la nada, atravesando la niebla de esa tarde invernal por las puertas de la estación pacense. Dos horas que se hacen interminables.

Son ya nueve meses que han pasado desde la última vez que mi hermanito Michael y yo nos encontráramos en las playas de Mallorca… demasiado tiempo separados.

Son ya las 15.00 horas y Michael acaba de llegar acompañado de Michelle. Ya está aquí de nuevo para pasar unas navidades inolvidables.

Después de degustar los típicos productos extremeños que a ellos tanto les gustan (jamón, lomo, chorizo, queso…), visitamos el Casco Antiguo. Alcanzamos andando la Plaza Alta, porticada en gran parte, donde se celebraban bajo sus arcos los mercados en la Edad Media. Accedemos a la Alcazaba por la puerta principal. Desde allí subimos a la muralla recorriéndola paso a paso hasta avistar la famosa Torre de Espantaperros, conocida también como Torre de la Atalaya de origen almohade construida en 1169. Desde nuestra posición podemos vislumbrar la maravillosa ciudad junto al río Guadiana.

'La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas'. Aristóteles, filósofo griego.

Dos días después, dejamos atrás las murallas de Badajoz y volamos hacia Alicante, ciudad portuaria situada en la costa mediterránea. Allí nos espera Marco, otro gran amigo junto a su mujer Silvia y su preciosa hijita. Pasaremos los tres últimos días de 2012 y celebraremos el año nuevo.

Nuestro amigo Marco, como un guía turístico profesional, nos muestra la zona portuaria, situada en el corazón de la ciudad, frente al paseo de Canalejas y la Explanada de España. Cabe destacar la maravillosa vista que desde el puerto se tiene del Castillo de Santa Bárbara localizado sobre el monte Benacantil que le confería un enorme valor estratégico ya que desde su posición se divisa toda la bahía de Alicante y sus alrededores terrestres.

Después del recorrido probamos las maravillosas variedades de arroces y paellas de la zona.

Por fin llega la gran fiesta de fin de año, dejaremos atrás las cosas malas del anterior para comenzar un esperanzador nuevo año 2013 con nuevos proyectos acompañados de los mejores amigos.

'En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante y, detrás de cada noche, viene una aurora sonriente'. Kalil Gibran, ensayista, novelista y poeta libanés.

Amanecemos al día siguiente con un sabor agridulce, ya que si estamos contentos de haber entrado en el nuevo año todos juntos, también nos encontramos un poco tristes ya que es la hora de la despedida.

Han sido siete días inolvidables desde Badajoz hasta Alicante con grandes amigos tanto en un sitio como en otro. Han sido unas Navidades inolvidables.

Me gustaría dar las gracias por estos siete días que nunca olvidaré, primeramente a mi familia que para lo bueno y lo malo están ahí siempre; a Seli, mi gran amigo del alma que me hace reír siempre o siempre; a mi otro gran amigo Marco, amigos de los que quedan poquitos y que daría su vida por sus amigos; a Silvia (la mujer de Marco), buena persona donde las haya y a su hijita “la ratina” que nos ha hecho reír muchísimo; a Michelle, bellísima persona que nos ha dado una lección de educación, amabilidad, amistad y cariño a todos (forever alone, forever young); y por último agradecer de corazón a mi hermanito Michael. No tengo palabras para describir nuestra amistad, son pocas las que podría expresar hacia él. Solamente decir que es mi alma gemela y que iría con él hasta el fin del mundo.

'Cada amigo representa un mundo dentro de nosotros, un mundo que tal vez no habría nacido si no lo hubiéramos conocido'. Anais Nin, escritora franco-norteamericana.